PARIS (AFP-NA) -- Los océanos que cubren el 70% de la superficie terrestre son una reserva inagotable de energía, sostienen los expertos, que los ven como una alternativa válida a las energías fósiles, responsables de cambio climático.
Las corrientes oceánicas, las mareas y la diferencia de temperatura entre la superficie y el fondo del mar pueden explotarse para producir electricidad.
Esos proyectos se multiplican a nivel internacional, aunque por el momento las tecnologías sean aún experimentales.
"Estamos en un estadio que hay que invertir en la investigación, porque a largo plazo, el potencial es inmenso", subrayó Jean-Louis Bal, director de energías renovables de la Agencia francesa del Medio Ambiente y del Control de la Energía (ADEME).
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima en más de 90.000 teravatios por hora (TWh) la potencial potencia del conjunto de las energías marinas en el mundo, cifra que contrasta con los 18.000 TWh de la producción mundial de electricidad.
Sin embargo, hay que diferenciar entre el "potencial natural" teórico de esas energías y su "potencial técnicamente explotable", subrayó Michel Paillard, un especialista francés en energías marinas, al recalcar que también hay que tener en cuenta los obstáculos socioeconómicos y medioambientales.
Pero las perspectivas siguen siendo "muy interesantes", subrayó al recordar que en Europa florecen actualmente decenas de proyectos.
Las olas permiten accionar turbinas generadoras de energía; a continuación, la electricidad que producen puede ser transportada por una red de cables submarinos hacia las costas.
Portugal experimenta actualmente un sistema británico que es como una especie de serpiente compuesta por tres tubos de 150 metros de longitud que recupera la energía de las marejadillas y que puede proporcionar electricidad a unos 2.000 hogares.
En Francia, el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) pone a punto un proyecto de "sistema eléctrico de recuperación de la energía de las olas".
Se trata de un enorme flotador en cuyo interior está suspendido un péndulo de 400 toneladas unido a un mecanismo que permite convertir la energía mecánica en electricidad y cuya prueba en el mar está prevista para el verano boreal de 2010.
Además, bajo el agua, las eolinas podrían producir electricidad usando las corrientes para hacer girar las turbinas.
Las corrientes marinas constituyen un recurso energético interesante porque el agua es mil veces más densa que el aire, recuerdan los expertos.
Para ser funcionales, esas eolinas submarinas necesitan una velocidad de corriente superior a un metro por segundo.
La compañía francesa EDF tiene un proyecto de instalación de eolinas entre 2011 y 2012 frente a las costas de Bretaña (extremo occidental de Francia), en un sector donde la intensidad de las corrientes alcanza uno de los niveles más elevados de Europa.
Pero el potencial de este tipo de instalaciones es limitado debido a los pocos lugares en que pueden ser colocadas.
La energía térmica generada por la diferencia de temperatura entre el aire y el agua puede usarse, por su parte, en climatización. El hotel Intercontinental de Bora-Bora, en la Polinesia francesa, está climatizado gracias a una canalización submarina que permite enfriar sus instalaciones mediante agua helada a más de 800 metros de profundidad.
Fuente: Diario La Nueva Provincia
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